Esta es una transformación de las que más nos gustan: cambio de aspecto y cambio de vida para un mueble! Hemos recuperado la parte inferior de un armario antiguo para convertirlo en un mueble de salón. A continuación os contamos cómo:
A pesar de que el estado de conservación en el que llegó era bastante bueno tuvimos que hacer alguna pequeña reparación, como reintegrar parte de una pata (aunque esto, que tiene su «chicha» os lo explicaremos con más detenimiento en otro post).
Después de limpiarlo bien, para cambiar el aspecto del mueble decidimos pintarlo en blanco y ponerle un tablero nuevo. Los laterales iban a ser las partes más decoradas, combinando pintura y madera vista. Estos dibujos los hicimos colocando cinta aislante para tapar las zonas que no íbamos a pintar, haciendo formas geométricas.
Antes de la pintura, preparamos la superficie con una base de imprimación.
Originalmente, este mueble con cajón era la parte baja de un armario, por lo que la parte superior, sin tratar, no resultaba funcional para su nuevo uso. Una vez pintado, solucionamos este problema colocando un tablero de pino que previamente habíamos acondicionado a base de lija, tapaporos y cera natural.
Unimos el tablero con tornillos en el interior y aseguramos la unión con cuatro clavos en las esquinas.
Por último, retiramos la cinta aislante dejando que saliesen las zonas de madera que forman los dibujos de los laterales.
Y como toque final, cambiamos los tiradores viejos, que ya estaban inservibles, por unos nuevos.