En el siguiente post os presentamos el trabajo llevado a cabo con un conjunto de cuatro sillas tipo Thonet que llegaron a nuestras manos recientemente.
Cuando la dueña de estas sillas nos contó la historia familiar que había detrás de ellas, comprendimos rápidamente su preocupación por conservar, en la medida de lo posible, su apariencia original. Nuestra propuesta fue la siguiente: conseguir un aspecto fresco y renovado, más armónico y acorde con su nueva ubicación, al tiempo que se mantenían las tapicerías y tonos que habían tenido toda la vida.
Una vez con las manos en la masa fuimos descubriendo los diferentes cambios que estas piezas habían sufrido desde su fabricación allá por los años 20.
Debajo de la tapicería original se escondían otras dos telas diferentes, de épocas anteriores, y con los correspondientes rellenos de gomaespuma que estaban casi totalmente pulverizados .
La madera se había repintado en un par de ocasiones como mínimo por encima del barnizado original, por lo que la capa de pintura era ya demasiado gruesa como para conservarla o repintar una vez más. Además, y como consecuencia del uso, la estructura se encontraba desencolada y dos de las sillas tenían el asiento partido. En general, todas presentaban un aspecto bastante desvencijado.
Tras el decapado y las reparaciones necesarias -encolado de la estructura y renovación de los asientos rotos- las sillas ya estaban listas para ponernos manos a la obra con la pintura.
Esta vez optamos por utilizar una pintura color marfil aplicada en espray, una técnica con la que se consigue un aspecto más fino y homogéneo en la superficie. Para los barrotitos del respaldo sustituimos la antigua purpurina dorada por un esmalte amarillo que les daba un aire más alegre y actual.
En el caso de la tapicería el tema se nos presentaba peliagudo. Teniendo en cuenta que se trataba de unas sillas cuya función iba a ser sobre todo decorativa, nos planteamos volver a tapizarlas con la tela original -un raso muy fino con decoración bordada-, a pesar de que se encontraba muy debilitada. El proceso fue costoso y satisfactorio a partes iguales. Una vez desmontadas las tapicerías, comenzamos por un delicado lavado manual con jabón suave, seguido de un cuidadoso planchado.
Una de las características principales de las sillas tipo Thonet es su asiento redondeado construido con una chapa circular encajada en un bastidor de madera. A la hora de colocar las tapicerías de nuevo, decidimos cubrir sólo la superficie de esa chapa, no de todo el asiento; de este modo la parte mullida de éste queda “enmarcada” por el aro que lo rodea, un método de tapizado mucho más acorde con la estética de las sillas, desde nuestro punto de vista. Para rematar el perímetro de la tela, colocamos un galón antiguo que encontramos en un almacén de útiles de tapicero.
Tanto las tapicerías que habíamos encontrado debajo, en un estado de conservación mucho peor, como los galones originales, se limpiaron y envolvieron para que su dueña pueda conservarlos como recuerdo de la historia de sus sillas.